Uno de los temas más polémicos que hay en cuanto a la
adaptación de estándares en una organización es el cómo encajar las No
conformidades, y esto es algo general para todos los sistemas de gestión de calidad. Para comenzar, definiremos una No conformidad como un “Incumplimiento
de un requisito” [ISO 9000:2005, definición 3.6.2]. Hay de dos tipos:
Las mayores: son ausencias o fallos al implantar y mantener
uno o más requisitos del sistema de gestión de la calidad. Si el auditor ha
detectado una No Conformidad mayor, al menos una, no entregará el certificado
de conveniencia a la organización.
Esto quiere decir que el equipo implementador no ha tenido
en cuenta todos los requisitos, y ha ido al proceso de certificación sin
prepararlo. Para ello, siempre recomiendo un consultor que esté preparado, que
sepa de lo que habla y que sepa guiar a la organización en todo el proyecto.
Las menores: son aquellas en las que se ha detectado un fallo
puntual en algún proceso. En términos legales, podemos tener infinitas No
Conformidades menores y obtener el certificado de calidad, siempre y cuando no
haya ninguna mayor.
Está claro que nadie quiere tener No Conformidades, pero el tipo
de no conformidad menor puede verse como algo positivo. Esto quiere decir que
alguien externo (el auditor) ha caído en que algo que se puede mejorar. Es
independiente de las propuestas de mejoras, que son algo extra, pero que
conviene tener en cuenta para el siguiente ciclo PDCA.